28/10/10

Buenos Aires

Llegué a Capital hace dos días y ayer fue un día muy especial. Lo que iba a ser y fue el día del censo, se convirtió, sobre todo, en el día de la muerte de Néstor Kirchner. Escuché muchas opiniones positivas y testimonios emotivos sobre el ex presidente; lo que yo recuerdo es a la persona que descolgó el cuadro de videla de la pared de la ESMA y que luego lo convirtió en museo por la verdad: también en Mar del Plata, ya no sentí un escalofrío al pasar por delante de la base naval al ver que no existía más el siniestro cartel que prohibía pararse en la zona y que en su lugar, habían puesto una especia de obelisco con las palabras verdad, memoria y justicia.
En un rato, y después de unos mates más, me voy para la plaza a vivir este momento, a ser testigo y una más por un instante, y a dar gracias por las cosas hechas que, para mí y para muchos otros, significaron un alivio enorme.

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